lunes, 28 de marzo de 2011

Simplificar la ortografía-de Gabriel García Marquez.

Simplificar la ortografía-de Gabriel García Marquez.

Botella al mar para el dios de las palabras: el discurso de García Márquez en Zacatecas que dio origen a la polémica. El Premio Nobel de Literatura intervino en la apertura del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española y sus ideas crearon una formidable polémica que ha traspasado el mundo de los expertos y de los gramáticos y se ha ampliado a los que leen o escriben.

Entrevista concedida por García Márquez a Joaquín Estefanía: Gabo aclara , antes de partir hacia La Habana, sus puntos de vista sobre el asunto con el director de la Escuela de Periodismo Universidad Autónoma de Madrid/ EL PAÍS, Joaquín Estefanía , de la que él es profesor.


Fotografía de 1981: AP/ Wide World Photos

Botella al mar para el dios de las palabras
       A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: Cuidado! El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: Ya vio lo que es el poder de la palabra? Ese día lo supe. Ahora sabemos, ademas, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor, que tenían un dios especial para las palabras. 
Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. 
      No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber como se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.

      La lengua española tiene que prepararse para un ciclo grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de diecinueve millones de kilómetros cuadrados y cuatrocientos millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en los Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el verbo pasar tenga cincuenta y cuatro significados, mientras en la república del Ecuador tienen ciento cinco nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aun no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero, dijo: ``Parece un faro''. Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazo un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que Don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejo escrito de su puño y letra que el amarillo es el color de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cereza que sabe a beso? 
 
      Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempos no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo veintiuno como Pedro por su casa. 

      En ese sentido, me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los ques endémicos, el dequeísmo parasitario, y devolvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver. Y que de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una? 
 

      Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que les lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis doce años. [ Declaraciones de García Márquez para La Jornada, México, 8 de abril de 1997] 

 
Entrevista concedida por García Márquez a Joaquín Estefanía
Joaquín Estefanía 
 
      El escritor Gabriel García Márquez considera «natural» la reacción de los gramáticos, lingüistas y académicos a su discurso de Zacatecas ( Botella al mar para el dios de las palabras , EL PAÍS del pasado martes 8 de abril): «Sería absurdo que los que guardan la virginidad de la lengua estuvieran contra sí mismos. Pero la mayoría parece haber hablado sin conocer el texto completo de mi discurso, sino sólo fragmentos más o menos desfigurados en despachos de agencias. En todo caso es increíble que a la hora de la verdad hasta los más liberales sean tan conservadores». 
      Estos días hemos oído en muchas ocasiones que el escritor colombiano había pedido suprimir la gramática. Su discurso no lo dice.
      «Dije que la gramática debería simplificarse, y este verbo, según el Diccionario de la Academia, significa 'hacer más sencilla, más fácil o menos complicada una cosa'. Pasando por alto el hecho de que esa definición dice tres veces lo mismo, es muy distinto lo que dije que lo que dicen que dije. También dije que humanicemos las leyes de la gramática. Y humanizar, según el mismo diccionario, tiene dos acepciones. La primera: 'hacer a alguien o algo humano, familiar o afable'. La segunda, en pronominal: 'Ablandarse, desenojarse, hacerse benigno'. «¿Dónde está el pecado?», se pregunta.
      El siguiente punto de contestación a las palabras de García Márquez es el ortográfico. Parte del supuesto de que si a él le hiciesen un examen de gramática, le reprobarían «en toda línea».
      «Además, mi ortografía me la corrigen los correctores de pruebas. Si fuera un hombre de mala fe diría que ésta es una demostración más de que la gramática no sirve para nada. Sin embargo la justicia es otra: si cometo pocos errores gramaticales es porque he aprendido a escribir leyendo al derecho y al revés a los autores que inventaron la literatura española y a los que siguen inventándola porque aprendieron con aquellos. No hay otra manera de aprender a escribir».
      En toda la conversación, el Nobel de Literatura reivindica su papel de escritor y como tal, piensa «más en el sufrimiento de la gente que en la pureza del lenguaje».
      «Por eso dije y repito que debería jubilarse la ortografía. Me refiero, por supuesto, a la ortografía vigente, como una consecuencia inmediata de la humanización general de la gramática. No dije que se elimine la letra hache, sino las haches rupestres. Es decir, las que nos vienen de la edad de piedra. No muchas otras, que todavía tienen algún sentido, o alguna función importante, como en la conformación del sonido che, que por fortuna desapareció como letra independiente».
      Quizá el mayor escándalo se ha formado con sus propuestas respecto a las bes y las uves, y con los acentos.
      Sobre las primeras, dice: «No faltan los cursis de salón o de radio y televisión que pronuncian la be y la ve como labiales o labidentales, al igual que en las otras letras romances. Pero nunca dije que se eliminara una de las dos, sino que señalé el caso con la esperanza de que se busque algún remedio para otro de los más grandes tormentos de la escuela. Tampoco dije que se eliminara la ge o la jota. Juan Ramón Jiménez reemplazó la ge por la jota, cuando sonaba como tal, y no sirvió de nada. Lo que sugerí es más difícil de hacer pero más necesario: que se firme un tratado de límites entre las dos para que se sepa dónde va cada una».
     En cuanto los acentos, irónico, explica.
«Creo que lo más conservador que he dicho en mi vida fue lo que dije sobre ellos: pongamos más uso de razón en los acentos escritos . Como están hoy, con perdón de los señores puristas, no tienen ninguna lógica. Y lo único que se está logrando con estas leyes marciales es que los estudiantes odien el idioma».
      García Márquez opina que los gramáticos y los escritores son oficios distintos. Su diferente dialéctica es la que ha generado el debate.
      «La raíz de esta falsa polémica es que somos los escritores, y no los gramáticos y lingüistas, quienes tenemos el oficio feliz de enfrentarnos y embarrarnos con el lenguaje todos los días de nuestras vidas. Somos los que sufrimos con sus camisas de fuerza y cinturones de castidad. A veces nos asfixiamos, y nos salimos por la tangente con algo que parece arbitrario, o apelamos a la sabiduría callejera».
      «Por ejemplo: he dicho en mi discurso que la palabra condoliente no existe. Existen el verbo condoler y el sustantivo doliente , que es el que recibe las condolencias . Pero los que las dan no tienen nombre. Yo lo resolví para mí en El General en su laberinto con una palabra sin inventar: condolientes . Se me ha reprochado también que en tres libros he usado la palabra átimo, que es italiana derivada del latín, pero que no pasó al castellano. Además, en mis últimos seis libros no he usado un sólo adverbio de modo terminado en mente, porque me parecen feos, largos y fáciles, y casi siempre que se eluden se encuentran formas bellas y originales».
      El escritor, que está de excelente humor, concluye la conversación de un modo muy expresivo.
      «El deber de los escritores no es conservar el lenguaje sino abrirle camino en la historia. Los gramáticos revientan de ira con nuestros desatinos pero los del siglo siguiente los recogen como genialidades de la lengua. De modo que tranquilos todos: no hay pleito. Nos vemos en el tercer milenio».

      Y reitera sus palabras de Zacatecas: «Simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros».  

LA PAZ: ES BIEN ESCASO

LA PAZ: ESE BIEN ESCASO

De Mery Correa-28 de marzo de 2011
Para escuchar o sentir nuestro interior, o nuestra sabiduría se necesitaría un mundo en paz, y hoy es un bien escaso, que se cotiza muy alto, y lo peor de todo que no se vende en ningún escaparate. Duele, es cierto, pero creo que lo primero que debemos reconocer que la humanidad no ha podido estar ni siquiera un periodo corto sin guerras!!! Que feo no? pero es la realidad que nos toca vivir..... Por ahora no se como podemos hacer para cambiar esta nuestra realidad.... yo no tengo la respuesta, y no se si la voy a encontrar.....!!!
MERY CORREA

La transformación de la cultura politica por Eric Cacagno. 30-01-2011

La transformación de la cultura política

Año 3. Edición número 141. Domingo 30 de enero de 2011
La recuperación del espacio público se convirtió en un elemento central en la conformación de las agendas y en la resolución de los conflictos. (TELAM)

En el último decenio, el país derribó mitos y prácticas elitistas en lo político y social. Aquí, los signos de un cambio de tipo estructural
Una de las definiciones más pertinentes de cultura indica que se trata de los modos de hacer que cada sociedad adopta según su contexto, su evolución y los problemas reales o simbólicos que enfrenta. En el campo político, se trata de la modificación de las creencias, los ideales, las normas y las tradiciones que caracterizan, gobiernan y dan significado al pensamiento y a la acción. También es la cultura la que marca las posibilidades de la época, cuando habilita el tratamiento de ciertos temas que antes eran ignorados. Por ser poco visible, no es menos operativo, porque atañe a estratos y sentimientos profundos de la sociedad y de la conducta humana, y se desarrolla en el mediano y largo plazo; por eso no salta de inmediato a la vista, pero es de excepcional importancia. El proyecto nacional que resurge en 2003 es hijo de las tradiciones populares argentinas, a la vez que viabiliza nuevos cambios culturales. Veamos diez casos.
Primer cambio cultural: en cualquier situación, en lugar de renunciar o cercenar el modelo político y económico elegido, se lo refirma y profundiza. Hasta ahora, en general se aplicó el teorema de Baglini, según el cual la complacencia de los políticos frente al poder real aumenta a medida que se acercan al gobierno; hay que agregar que cuando llegan, casi siempre se rinden. En cambio, elteorema de Kirchner marca la posición inversa: desde el gobierno y en toda circunstancia, por más adversa que sea, se lucha por la afirmación de los principios.
Segundo cambio cultural: se clausuró la etapa de los golpes de Estado. Desde 1930, en el panorama político argentino, los golpes de Estado eran un modo casi normal de cambiar el gobierno. Son muchos los partidos políticos, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, que en algún momento golpearon la puerta de los cuarteles. Esta etapa se extinguió. Ahora es culturalmente impensable un golpe militar. Además, el art. 36 de la Constitución Nacional terminó con la impunidad; quien cometa un golpe de Estado sabe que en algún momento deberá responder civil y penalmente por sus actos, ya que es un delito imprescriptible.
Tercer cambio cultural: se revisó la historia argentina. Como Nación tenemos un sistema de representaciones que nos configura y nos otorga un carácter nacional. Esta identidad nacional es el resultado de un relato histórico, que fue elaborado por Mitre a fines del siglo XIX, sobre la contraposición entre “civilización o barbarie”. De tal modo se descalificaba primero a los indios y después a los gauchos. En el plano político era la exaltación de los unitarios elitistas buenoscontra los federales populares malos. Esta versión oficial es la que se enseñó hasta ahora en las escuelas; la impugnación revisionista fue minoritaria y sin eco en la enseñanza. Ahora se produjo un vuelco. Aparecieron importantes estudios históricos, cada vez con mayor predicamento, que rechazan con sólidos fundamentos el relato mitrista y afirman otros puntos de vista.
Un acontecimiento importante es la creación de la Galería de Patriotas Latinoamericanos en la Casa de Gobierno, con los retratos de 38 patriotas escogidos por los presidentes latinoamericanos. El gobierno argentino incluyó a San Martín, Belgrano, Rosas, Yrigoyen, Eva Perón y Perón. Esta lista es importante no sólo por los incluidos sino porque están ausentes los héroes del relato anterior: Rivadavia, Mitre, Sarmiento y Roca. A su vez, con esa misma orientación, sus respectivos países enviaron –entre otros- los retratos de Artigas (Uruguay), Solano López (Paraguay), Sandino (Nicaragua), Cárdenas (México), Haya de la Torre (Perú), Getulio Vargas (Brasil), Guevara (Cuba), Allende (Chile), Arévalo (Guatemala), Torrijos (Panamá).
Cuarto cambio cultural: se reivindicó la función del Estado. Uno de los ejes del neoliberalismo que devastó al país fue la denigración del Estado, al que se le atribuyeron todos los males. El eslógan era “achicar el Estado es agrandar la Nación”; la penosa experiencia que culminó en 2001/2002 mostró su falsedad y surge ahora una rehabilitación de la labor estatal. Por ejemplo, culturalmente se acepta la conducción estatal de la economía y las estatizaciones de las jubilaciones, Aguas Argentinas, el Correo Argentino y Aerolíneas Argentinas.
Quinto cambio cultural: inclusión social. La sociedad toleraba la existencia de graves desigualdades sociales (“pobres habrá siempre”). Ahora, lo que se consideraba como injusto pero normal, se ha convertido en uno de los peores atentados en contra de la convivencia. Es aplastante la opinión pública a favor del aumento del empleo y los salarios, de la Asignación Universal por Hijo, de la jubilación a quienes no tenían aportes.
Sexto cambio cultural: matrimonio igualitario. Los homosexuales sufrían una discriminación que les cercenaba derechos civiles. La Ley de Matrimonio Igualitario consolidó el cambio de esa percepción y hoy están plenamente incorporados a la comunidad nacional.
Séptimo cambio cultural: castigo a los crímenes de lesa humanidad y no represión a conflictos sociales. En la historia argentina se cometieron infinidad de violaciones a los derechos humanos, incluso decenas de miles de crímenes de lesa humanidad. La cultura de la época era, primero, ignorar esos hechos; después reclamar la conciliación de los argentinos y “mirar para adelante”; luego se juzgaron a los integrantes de la Junta Militar, pero más tarde se los indultó y se exculpó a quienes obedecieron órdenes. Desde 2003 cambió la situación: ahora se juzga a todos los responsables de la represión ilegal. Y esta nueva política es culturalmente aceptada. Junto al castigo de esos crímenes, no se reprimen manifestaciones originadas en la protesta social, para evitar la violencia.
Octavo cambio cultural: cuestionamiento de los medios de comunicación. Los instrumentos políticos utilizados por los gobiernos oligárquicos fueron, según las épocas, el fraude electoral y los golpes de Estado. Lo peor es que eran culturalmente aceptados; pero después cambió la situación y ya no son viables. Entonces la oligarquía recurrió a los medios de comunicación. Se estableció un oligopolio sostenido por el establishment, que aprovechó el respeto cultural que el periodismo había acumulado a través de los años. Así podían difundir hechos falsos y opiniones torcidas, y la población las creía: “Lo dijo el diario, o la radio o la televisión”. Esta cultura ha desaparecido. Ahora cada uno juzga a las informaciones y opiniones según su propio criterio; y esta tendencia se consolidará cuando comience a aplicarse la ley de medios audiovisuales, que hará posible la emisión de todas las opiniones. Además, hay aprobación unánime de la transmisión gratuita del fútbol por televisión, que antes sólo llegaba a quienes podían pagarla.
Noveno cambio cultural: la afirmación de la soberanía nacional.Durante una época se consideró como inamovible la jerarquía entre países dominantes y dominados. Hasta se acuñó la frase de “relaciones carnales”. Ahora se afirma la soberanía nacional con actos tales como la consolidación de la integración sudamericana (Mercosur y Unasur), el veto al Alca y la fuerte quita de la deuda externa. Culturalmente se acepta esta política, que además permitió la participación en el G-20 y la Presidencia del Grupo de los 77.
Décimo cambio cultural: los jóvenes vuelven a la política. La dureza de la represión de la dictadura militar y la situación de anomia de gran parte del arco político, habían provocado un alejamiento de los jóvenes de la política. Ahora, después de la celebración del Bicentenario y del homenaje multitudinario a Néstor Kirchner, se produjo un regreso masivo, que se advierte en las concentraciones públicas y en el surgimiento de múltiples grupos políticos, sociales y culturales.
Conclusión. La transformación cultural que vivimos ahora, es comparable con la igualdad política que provocó el voto masculino universal con Yrigoyen; y con la igualdad social de los trabajadores en tiempos de Perón. En ambos casos se rompieron los tabúes y las prácticas elitistas de la política y la sociedad.
Vemos aflorar el cambio cultural que se incubó en el último decenio. Se trata de una cultura política con convicciones firmes, sin golpes de Estado, con una historia diferente a la mitrista, con un Estado activo, con una enérgica lucha por la inclusión social, con matrimonio igualitario, con castigo a los crímenes de lesa humanidad y no represión a conflictos menores, con la apertura de los medios de comunicación, con la afirmación de la soberanía nacional y con un retorno de los jóvenes a la política. Estos son algunos de los signos del nuevo país que surge ante nuestros ojos: no se trata de modas, sino de una nueva configuración nacional, sustentada por una cultura popular.

viernes, 25 de marzo de 2011

Las mujeres de mi generación

Las mujeres de mi generación

De LAURA CARRETERO. Autor: Luis Sepulveda. 

Las mujeres de mi generación abrieron sus pétalos rebeldes
No de rosa, camelias, orquídeas u otras yerbas De saloncitos tristes, de casitas burguesas, de costumbres añejas
sino de yuyos peregrinos entre vientos.
Las mujeres de mi generación florecieron en las calles,
Y en las aulas argentinas, chilenas o uruguayas
supieron lo que
tenían que saber
para el saber glorioso de las mujeres de mi
 generación.
Minifalderas en flor de los setenta.
Las mujeres de mi generación no ocultaron ni las sombras
de sus muslos
que fueron los de Tania
Erotizando con el mayor de los calibres
los caminos duros de la cita con la muerte
Porque las mujeres de mi generación bebieron con ganas del vino de los vivos
acudieron a todas las llamadas y fueron dignidad en la derrota.
En los cuarteles las llamaron putas
y no las ofendieron porque venían de un bosque de sinónimos alegres:
Minas, Grelas, Percantas, Cabritas, Minones,
Gurisas,
Garotas, Jevas, Zipotas, Viejas, Chavalas, Señoritas
hasta que ellas mismas escribieron la palabra Compañera
en todas las espaldas y en los muros de todos los hoteles Porque las mujeres de mi generación nos marcaron con el fuego
indeleble de sus uñas
la verdad universal de sus derechos.
Conocieron la cárcel y los golpes Habitaron en mil patrias y en ninguna
Lloraron a sus muertos
y a los míos como suyos Dieron calor al frío y al cansancio deseos
Al agua sabor y al fuego lo orientaron por un rumbo cierto. Las mujeres de mi generación parieron hijos eternos
Cantando Summertime les dieron teta
Fumaron marihuana en los descansos
Danzaron lo mejor del vino
y bebieron las mejores melodías
Porque las mujeres de mi generación Nos enseñaron que la vida no se ofrece a sorbos compañeros
Sino de golpe y hasta el fondo de las consecuencias.
Fueron estudiantes, mineras, sindicalistas, obreras,
artesanas,
actrices, guerrilleras, hasta madres y parejas en los ratos libres de la Resistencia.
Porque las mujeres de mi generación sólo respetaron los límites que superaban todas las fronteras.
Internacionalistas del cariño
brigadistas del amor comisarias del decir te quiero milicianas de la caricia.
Entre batalla y batalla
Las mujeres de mi generación lo dieron todo
Y dijeron que eso era apenas suficiente. Las declararon viudas en Córdoba y en Tlatelolco Las vistieron de negro en Puerto Montt y Sâo Paulo
Y en Santiago, Buenos Aires o Montevideo
fueron las únicas estrellas de la larga lucha clandestina. Sus canas no son canas sino una forma de ser para el qué hacer que les espera. Las arrugas que asoman en sus rostros dicen he reído y he llorado y volvería a hacerlo. Las mujeres de mi generaciónHan ganado algunos kilos de razones que se pegan a sus cuerpos
Se mueven algo más lentas, cansadas de esperarnos en las metas.
Escriben cartas que incendian las memorias
Recuerdan aromas proscritos y los cantan.
Inventan cada día las palabras y con ellas nos empujan
Nombran las cosas y nos amueblan el mundo Escriben verdades en la arena y las ofrendan al mar Nos convocan y nos paren sobre la mesa dispuesta.
Ellas dicen pan, trabajo, justicia, libertad Y la prudencia se transforma en vergüenza.
Las mujeres de mi generación son como las barricadas:
protegen y animan, dan confianza y suavizan el filo de la ira.
Las mujeres de mi generación son como un puño cerrado
que resguarda con violencia la ternura del mundo.
Las mujeres de mi generación no gritan porque ellas derrotaron al
silencio.
Si algo nos marca, son ellas. La identidad del siglo son ellas.
Ellas: la fe devuelta, el valor oculto en un panfleto
el beso clandestino,
el retorno a todos los derechos
Un tango en la serena soledad de un aeropuerto
un poema de Gelman escrito en una servilleta
Benedetti compartido en el planeta de un paraguas
los nombres de los amigos guardados con ramitas de lavanda Las cartas que hacen besar al cartero Las manos que sostienen los retratos de mis muertos
Los elementos simples de los días que aterran al tirano
La compleja arquitectura de los sueños de tus nietos.
Lo son todo y todo lo sostienen Porque todo viene con sus pasos y nos llega y nos sorprende.
No hay soledad donde ellas miren Ni olvido mientras ellas canten.
Intelectuales del instinto, instinto de la razón
Prueba de fuerza para el fuerte y amorosa vitamina del débil.
Así son ellas, las únicas, irrepetibles, imprescindibles
sufridas,
golpeadas, negadas pero invictas
 Mujeres de mi generación.  

Luís Sepúlveda 1999

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VIENTO DE PUEBLOS ( MIGUEL HERNANDEZ)

VIENTO DE PUEBLOS ( MIGUEL HERNANDEZ)
LEAN ESTO COMPAÑEROS- PARA NO PERDER LA MEMORIA

VIENTOS DEL PUEBLO (MIGUEL HERNÁNDEZ)
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantán
y al mismo tiempo castigan
con su clamarosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.

Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airoso como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habeís de dejar
rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretado los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Néstor Kirchner. Ojalá, en vida, hayas sido consciente de cuán grande fue lo que hiciste posible

UNA COMPATRIOTA NOS ESCRIBE DESDE VANCOUVER. ES MUY EMOTIVO!!

De Gabriela U.Rodriguez
Durante el día de hoy, desde esta ciudad de Vancouver, mi esposo y yo estuvimos siguiendo la transmisión de TV Pública Canal 7, presenciando el acto efectuado en Plaza de Mayo. Él, como muchos de ustedes saben, es argentino, yo mexicana. Hubo un instante en que la emoción le invadió y empezó a sollozar. Yo le abracé queriendo hacerme la fuerte, sin embargo, noté que la emoción que le embargaba era distinta a aquella que expresó cuando, por vez primera, 7 años atrás, presenciamos juntos un acto así.

Días atrás, Marilú compartió un artículo titulado “Feminicidio en Guatemala. Cronología de la Impunidad”, en el cual leí la siguiente frase: “la impunidad es una invitación a la repetición de los crímenes”. Hoy, al notar la emoción que expresó mi esposo, recordé esa frase porque hace 7 años, aún seguían vigentes los indultos a los genocidas de la dictadura militar. Su llanto de entonces era un llanto de amargura, no así el de hoy.

30,000 ciudadanos argentinos desaparecidos, miles más que, como Mercedes, tuvieron que exiliarse lejos de la patria; al fin, lo que todos vosotros alguna vez sembraste, está siendo cosechado.

Néstor Kirchner. Ojalá, en vida, hayas sido consciente de cuán grande fue lo que hiciste posible