domingo, 19 de junio de 2011

LOS DONES CUENTO FANTASTICO-MARIA ESTER

LITERATURA FANTASTICA
LOS DONES:

         Era domingo de primavera. Mañana bien temprano. La claridad la había despertado. Se durmieron abrazados.
         Hacía pocos meses que se casaron. Ella esperaba su primer hijo.
         En el departamento estaban  ellos solos.
         En el mes de mayo había hecho realidad su sueño de casarse. Jóvenes ambos.
         Ella alta, delgada, de ojos azules color mar. Cabellos castaños claros, una leve caída le daba elegancia. Era una  bella mujer. Inteligente. Aguda en sus pensamientos.  Dinámica. De familia acomodada, pero de trabajo.
         El un joven apolíneo. Alto. Muy delgado. De ojos celeste verdosos. Cara delgada. Perfil anguloso. Cabellos oscuros peinados a la gomina como se usaba en la década del setenta.  Bigotes.
         Se conocieron en la facultad. Los dos con ideas políticas diferentes. Los tiempos aciagos de los setenta. Las actividades partidarias habían recalado en los claustros universitarios.
         Ellos no eran ajenos a esa realidad. Los separaban sus ideas, más no el cariño. Se enamoraron.
         El casamiento fue la culminación de una novela. Los dos parecían príncipes con un aura de encanto que contagió a  todos aquella noche de embrujo.
         Bailes setentosos. Un clima arábigo, mujeres, hombres con turbantes. Ella tenía sus orígenes en las tierras del Líbano.
         L a pista se había impregnado de una atmósfera oriental.
         La luna de miel en las costas de Chile.
         Los dos tenían que continuar. Ella escribana. El abogado.


         Deja atrás lo vivido. Se levanta. Va a la cocina. Se prepara el desayuno. Café con leche, tostadas con manteca y dulce. Un jugo de naranja. Lleva la mesita y el diario al costado en la canastita.
         Se mete despacio en la cama, para no despertarlo.
         El duerme plácidamente en el costado derecho.  No lo va a despertar nada. La tranquilidad al dormir es su patrimonio.
         De a sorbos comienza a saborear el café. ( Ummmm que rico)-piensa. Se lleva una tostada a la boca, y se pone a leer.
         Una luz en la puerta de la habitación la encandila. No puede ver. Alcanza a darse cuenta que es una figura humana. Una dama.
         Una bella jovencita con corona. Carita de porcelana. Bellos ojos claros como el cielo. Labios diminutos. Cubierta con una capa de color blanco.  Vestido  celeste con brillos dorados.
         En sus manos pequeñas un ánfora de la cual sale destellos luminosos hacia los rincones de la estancia.  
         Se desliza sin siquiera oír sus pasos. Suspendida  detiene su marcha  en la cabecera de la cama, donde está él. Levanta sus manitas, y vuelca el líquido prístino sobre su cabeza.
         Ella se ha quedado petrificada.
         La ve que luego sigilosa, y rápidamente se desvanece. Quedan en el aire destellos plateados.
         A los segundos oye el timbre.
         Es la madre del muchacho. Esta es muy creyente. Ha tenido una vida aciaga. Pérdidas muy importantes. No así ha dejado de hacerlo. Es una persona devota.
         No lo despertó. Quizá él no le creyera. Decidió contárselo a su suegra. Seguro la entendería.
         Le hizo con  lujos de detalle. Se sentaron una al lado de la otra, en unos silloncitos.
         La madre del joven le dijo:
         —¿El agua era clara u oscura?
         —Clara.
         —¿Parecía una virgen?
         —Sí. Me parece que era la Virgen de Luján. Por el atuendo celeste!
         —¿Te dio sensación de paz?
         —Estaba totalmente tranquila. Solo me quedé sin voz. No pude tocarlo siquiera.
         —Para mí esto es un presagio de algo muy bueno. Ha sido un ángel, o algo celestial. El líquido es un don. Más si se claro. Eso significa abundancia. Generosidad. El va a estar destinado a dar mucho durante toda su vida. Hablaba suave. No te asustes esto es un mensaje de luz.

         Hoy han transcurrido casi 40 años de aquello.
         Está en su cuarto. Todo es amplitud y  comodidad.  Lleno de vida. Lo vivido. Lo expresado, es realidad viviente. Concreto. Tangible.  Multiplicados en varios hijos, nietos, nueras, yernos. Una vida fecunda y prodigiosa.
         Los que se han acercado a él han sido tocados por la magia de sus ofrendas. Les llega la prosperidad en signos de abundancia.
         Se habla a sí misma: “ Él ha sido y es un instrumento en la obra Divina de Dios.” Aquello fue verdad.      

                                      MARIA ESTER CORREA

1 comentario:

  1. ¡Qué bueno, Mery!
    Y desde el punto de vista literario te diría que al principio algunas frases molestan al propio relato (Ej.: En el departamento estaban ellos solos) porque ya habías creado la atmósfera y se "sabía". O el hecho de su descripción física (¿por qué al lector puede interesarle el saber que él tiene bigote si no se lo explicas?)
    Por lo demás, increíble la rapidez del ritmo, cómo envuelves y atrapas.
    Genial
    Belén

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